martes, 5 de agosto de 2008

Bloques de un Componente CASE

La ingeniería del software asistida por computadora puede ser tan sencilla como una única herramienta que preste su apoyo para una única actividad de ingeniería del software, o tan compleja como todo un entorno que abarque «herramientas», una base de datos, personas, hardware, una red, sistemas operativos, estándares, y otros mil componentes más. Cada bloque de construcción forma el fundamento del siguiente, estando las herramientas situadas en la parte superior del montón. Es interesante tener en cuenta que el fundamento de los entornos CASE efectivos tiene relativamente poco que ver con las herramientas de ingeniería del software en sí. Más bien, los entornos para la ingeniería del software se construyen con éxito sobre una arquitectura de entornos que abarca un hardware y un software de sistemas adecuados. Además, la arquitectura del entorno deberá tener en cuenta los patrones de trabajo humano que se aplicarán durante el proceso de ingeniería del software.

Las arquitecturas del entorno, que constan de una plataforma hardware y de un soporte de sistema operativo (incluyendo software de red, gestión de la base de datos y servicios de gestión de objetos), establece los cimientos para un entorno CASE. Pero el entorno CASE en sí requiere otros bloques de construcción. Existe un conjunto de servicios de portabilidad que proporciona un puente entre las herramientas CASE, su marco de integración y la arquitectura del entorno. El marco de integración es un grupo de programas especializados que permiten a cada una de las herramientas comunicarse entre sí, para crear una base de datos del proyecto, y para mostrar el mismo aspecto al usuario final (el ingeniero del software). Los servicios de portabilidad permiten que las herramientas CASE y su marco de integración migren entre distintas plataformas del hardware y sistemas operativos sin un mantenimiento adaptativo significativo.

Los bloques de representan un fundamento completo para la integración de herramientas CASE. Sin embargo, la mayor parte de las herramientas CASE que se utilizan en la actualidad no han sido construidas empleando todos los bloques de construcción anteriormente descritos. De hecho, algunas herramientas siguen siendo las «soluciones puntuales». Esto es, una herramienta se utiliza para prestar apoyo en una actividad de ingeniería del software concreta (por ejemplo, modelado de análisis), pero esta herramienta no se comunica directamente con otras, no está unida a una base de datos del proyecto, y no forma parte de un entorno integrado CASE (1-CASE). Aunque esta situación no es la ideal, se puede utilizar una herramienta CASE bastante eficiente, aunque se trate de una solicitud puntual.

Tecnologia de la Información y la Productividad

La Paradoja de la Productividad.
Las organizaciones se constituyen para generar y distribuir un producto o servicio y con ello conseguir un beneficio, ya sea económico o social. Las organizaciones intentan funcionar de la manera más efectiva y eficiente posible. Se considera que una buena medida de la eficiencia de las organizaciones consiste en evaluar su productividad, definida como la relación entre el valor de los productos o servicios que genera y los costes de los recursos consumidos para la generación o prestación de los mismos.

La productividad de una organización es, pues, el cociente entre el output y el input en la misma. En los mismos términos se puede definir la productividad de un sector industrial, así como la productividad a nivel nacional o internacional. En todos los casos, la principal utilidad de las medidas de productividad surge cuando se comparan los datos de distintas empresas, sectores o naciones, más que cuando se analizan los datos de una sola entidad.

Uno de los objetivos permanente de toda organización, sector o nación consiste en aumentar su productividad. Y ello porque la mejora de la productividad es “el único medio válido para poder pagar niveles de vida creciente”.

Tradicionalmente, los medios utilizados para aumentar la productividad han consistido, por un lado, en cambiar los métodos de trabajo, ya sea mediante su reorganización metódica o la incorporación de tecnología, a fin de aumentar el outpu de cada unidad operativa, y, por otro lado, reducir coste, a fin de disminuir el input necesario para la elaboración de los productos o la prestación de los servicios.

El factor realmente indicativo del desarrollo de las organizaciones no es su productividad en sí, sino la tasa anual de crecimiento de la productividad. Y aquí es donde aparece lo que se ha venido en llamar “paradoja de la productividad”: la tasa de crecimiento de la productividad en el conjunto de los países occidentales se ha desacelerado durante las dos últimas décadas, y no ha conseguido igualar las cifras de crecimiento conseguidas tras la Segunda Guerra Mundial, y ello a pesar de que los avances tecnológicos son ahora mayores y más rápidos que nunca.

Lo más sorprendente de la paradoja es que la desaceleración en el crecimiento de la productividad se produce justo cuando la tecnología parece avanzar más, y cuando las inversiones en tecnología por parte de las organizaciones suman cantidades muy relevantes.

En concreto, en lo que se refiere a las tecnologías de la información, durante las tres últimas décadas, y en especial durante los ochenta, se han producido avances en capacidad y prestaciones impresionantes, avances que pueden ser medidos, por ejemplo, en términos de la relación potencia/coste de los equipos informáticos, que no ha dejado de crecer, así, por ejemplo, la unidad de potencia de proceso de un ordenador personal pasó de costar tres mil dólares 1987 a costar menos de setecientos cincuenta 1991, y menos de quinientos en 1992.

Por otra parte, las inversiones en TI ha ido paralela al avance técnico. Así, desde 1982, el 52 % del crecimiento acumulado de bienes de capital en el conjunto de los sectores económicos de los Estados Unidos ha correspondido a inversiones en TI (Ordenadores, Telecomunicaciones, reprografía, instrumentos científicos, equipo ofimático en general.

Razones de la paradoja de la productividad.
Distintos autores y estudios han propuesto un conjunto de posibles razones de la “paradoja de la productividad”, es decir, de la desaceleración del crecimiento de la productividad experimentada en los países occidentales justo en las décadas que el avance tecnológico ha sido más evidente. No existe aún unanimidad en el diagnóstico de las causas de la paradoja, aunque hay un cierto acuerdo en que quizás sea algo pronto para encontrarlas, ya que las TI no se han implantado de una manera suficientemente amplia como para desarrollar todo su potencial de aceleración de la productividad.

La desaceleración de la productividad puede ser, en cierta medida, resultado de un espejismo estadístico, es decir, no se trata de un hecho real sino que se deriva de las dificultades surgidas en la medida estadística de la productividad.

No es que se haya producido una desaceleración de la productividad en los setenta y ochenta, sino que la aceleración fue extraordinariamente alta en los cincuenta y sesenta, a causa de la conjunción de un aserie de factores, como, por ejemplo, la necesidad de reconstrucción de la mayoría de bienes de capital en Europa y Japón tras la Segunda Guerra Mundial.

La razón fundamental de la paradoja de la productividad, en lo que se refiere a las TI, consiste quizá en que su aplicación implica un verdadero cambio de paradigma, el paso de un sistema basado en el uso intensivo de energía aun sistema intensivo en información, y que, como en todo cambio de paradigma, se requiere en un cierto tiempo para que las potencialidades del nuevo paradigma puedan manifestarse.

El nuevo paradigma traído por las TI posibilitara nuevo avances en productividad, pero sólo si las TI se difunden adecuadamente por todo el sistema económico, lo que exige muchos cambios sociales e institucionales… así como un gran aumento de nuevas habilidades de las personas y transformaciones de los bienes existentes.

Las empresas pretenden aumentar su productividad automatizando labores manuales para conseguir actividad ininterrumpida las veinticuatro hora de los sietes días de cada semana del año, pero el ahorro en personal y en duplicación de maquinaria (que contribuye a aumentar la productividad) es superado por los nuevos costes de la automatización, es decir, por el hardware, el software y su correspondiente mantenimiento. Advierte que son otras las verdaderas ventajas de la automatización, como, por ejemplo, la posibilidad de aumentar la calidad disminuyendo al máximo los errores, o de disminuir el tiempo des respuesta tras la recepción de un pedido. La importancia de las TI son pues más de orden estratégico que de orden táctico; la competitividad del producto o servicio prima más que la mera productividad.

El estudio del MIT (Massachusset Institute of Technology) con el objeto de estudiar el impacto de las tecnologías de la información (TI). En este estudio se proponen diversas razones por las que el avance de las TI no se ha traducido en mejoras de las variables tradicionales con las que con las que se mide el éxito de una empresa (Productividad y rentabilidad). Entre las distintas razones propuestas, cabe destacar las siguientes:

Los beneficios aportados por las tecnologías de la información no son inmediatamente visibles.
Los beneficios aportados por las tecnologías de la información no son capturables por la empresa.
El entorno de la empresa se vuelve cada vez más exigente.
El impacto de las tecnologías de la información es escaso si su aplicación no viene acompañada de cambios en la organización de la empresa.
La implantación de las tecnologías de la información no ha respondido a las necesidades fundamentales de la empresa.
El estudio MIT señala también cuáles son las características comunes de las empresas que han sabido aprovechar satisfactoriamente el potencial de las tecnologías de la información. Entre ellas, cabe destacar las siguientes:
Tenían un objetivo empresarial concreto, y una visión clara de lo que debía ser la organización.
Habían alienado su estrategia de tecnología de la información con la estrategia general de la empresa y con las dimensiones de la organización.
Tenía una estructura de tecnología de la información capaz y robusta.
Habían invertido en recursos humanos, a fin de sacar el máximo partido de las tecnologías.

Esta última característica se considera fundamental, hasta el punto de que se concluye que una causa fundamental de la falta de impacto de las tecnologías de la información en la mejora del comportamiento económico de las organizaciones es de la poca disposición de ésta a invertir fuertemente, y suficientemente pronto, en los recursos humanos.

El Futuro de la TI la Productividad.
El panorama descrito hasta el momento en este capítulo puede parecer algo sorprendente y sombrío. Se ha empezado indicando que la productividad se ha desacelerado justo en la época en que el avance de las tecnologías es mayor. Se ha dicho también que esta paradoja es más evidente en el sector servicios, y que la importancia creciente de éste en el conjunto de la economía hace del aumento de la productividad en servicios uno de los mayores condicionantes de la mejora del nivel de vida en las sociedades desarrolladas.

La verdad es que no se dispone aún de un arsenal de datos comparables al existente para la década de los ochenta. Sin embargo, algunos autores anticipan que se están produciendo cambios relevantes en lo que respecta a la justificación de las inversiones en TI. Por un lado, las organizaciones están adaptando sus estructuras con el fin de sacar mayor provecho de su principal activo, las personas.

Ello conlleva en muchos casos una definición del trabajo, de las jerarquías, del estilo de dirección, con una eliminación de procesos y procedimientos innecesarios y con la distribución de información allí donde es necesaria, y no sólo en el nivel directivo como antes.

Por otro lado, se está produciendo un cambio importante en las metodologías de análisis y diseño de sistemas de información. Así, la denominada reingeniería pone en cuestión todos los procedimientos y procesos en los que se han aplicado TI en una empresa y no duda en empezar desde el principio si es necesario. El enfoque está en aplicar las TI para aumentar la efectividad, más que para aplicar la eficiencia necesaria no hace más que aminorar la productividad de la empresa.

Finalmente, las TI empiezan a ofrecer productos con verdadero impacto en la productividad. Y a diferencia de lo que ocurría hasta ahora, el avance se produce en los interfaces gráficos de usuarios, los softwares para la interconexiones en red, que finalmente facilitan el trabajo en grupo, las bases de datos relacionales, que pueden ser compartidas por distintas personas y departamentos de una empresa, o las técnicas de imágenes a través de las redes. Todo ello se caracterizan por su gran facilidad de aprendizaje y de utilización.

De alguna forma, se ha tenido que esperar a que el software avanzara suficientemente para que pueda entreverse un impacto positivo de las TI en la productividad de las empresas.La realización de cambios en la estructura organizativa de las empresas, la aplicación de nuevas metodologías de desarrollo de sistemas de información, y la incorporación de software más potentes, pueden traducirse en los próximos años en el esperado aumento de la productividad, especialmente en el sector servicios, pueden conllevar la superación de la paradoja de la productividad. Pero para ello será necesario que se produzcan un cambio sustancial en la filosofía de las organizaciones, por el que se pase a concebir las TI como instrumento para manejar mejor el activo información de la empresa en lugar de considerarlas como meros instrumentos de automatización de tareas más o menos rutinarias.